No sé hasta que punto mi mente es capaz de perderse cuando la tinta toca el papel. Nunca he tenido las cosas demasiado claras y siempre he sabido que camino tomar. Paradojas. Vida plagada de sin sentidos y un fuerte desvarío mental. Si lees entre mis líneas comprenderás que la forma más fácil de llegarme al corazón es atravesarme el pecho con una daga de plata. Att: Un alma plagada de sueños. "Nulla dies sine linea."
sábado, 21 de febrero de 2015
Me enamoré de él (reeditado)
martes, 17 de febrero de 2015
Bum.
Amanece y mi corazón no ha cesado de quejarse, de transmitirme sus pensamientos a través de latidos descompasados, acelerados, intentando decir algo que mi mente intenta silenciar.
La ciudad despierta y yo, al igual que los felinos de la noche, me refugio en la oscuridad.
Me sumerjo en un sueño mientras estoy despierta, intentando escapar de la realidad, intentando olvidar. Vaciando otra copa más. Porque mi vaso está lleno de vacío. Caminando por un camino de cristales color vino, buscando un asilo que se convierta en refugio.
Me enamoro de la Luna, por ser mi musa, por ser la que me muestra una única cara.
Me enamoro de ella por ser inalcanzable, por ser la que mejor danza en este baile de máscaras,
Me dejo acariciar por sus pálidas manos, voy besando sus huecos.
Me despierto, antes de cualquier te quiero.
Lo hago, porque sé que estoy a tiempo de salir corriendo. Porque sé que después me arrepiento.
Lo siento.
RoxCookies
domingo, 15 de febrero de 2015
Me enamoré de él.
Me enamoré de él porque su voz sonaba como un corazón que se rompe en mil trozos y su rostro me recordaba a un día de invierno.
Me enamoré porque todo lo que él tenía, se parecía a lo que llevaba en mi mochila, a mi espalda: ruina.
Me enamoré de él por ser chico de dudas siendo yo la de las dudas infinitas.
Lo hice cuando él, loco enamorado, ya se había ido.
Porque me daba miedo que supiera la verdad.
La verdad que se esconde en un "me enamoré de él porque sus roturas encajaban en los engranajes oxidados de mi corazón desatornillado."
Me enamoré cuando él dejaba de hacerlo por miedo a que quisiera quedarse, aquí, a mi lado.
@RoxCookies
El inicio de una noche en vela.
Tengo la pasión apagada, el alma silenciada y los trozos de mi órgano vital desperdigados por el suelo.
No te pienso -o lo intento-, me coso la boca y me arrepiento, es que no encuentro la manera de quemar tus recuerdos, de matar los demonios que hoy viven en mí.
Tengo miedo de no encontrar el modo de deshacerme de ti, de dejarte ir.
Temo querer comenzar a convivir con tus monstruos por ser lo poco que me queda de ti.
Me quedan un par de bestias, colillas a medio terminar en el suelo de la habitación, me queda tu camisa en un cajón, tu carta en la mesita de noche. Me queda un "te quiero" en la ventana cuando se empaña, me queda un corazón hecho de papel con un verso destintado que finaliza con tu nombre.
Lo intento, juro que lo intento, pero por más tiempo que pasa, más veces llama a mi ventana tu fantasma, que vuelve de otro tiempo en el que éramos felices.
No entiendo por qué permanezco atada a una ilusión, a un mero recuerdo de un pasado que fue mejor.
Y después de todo, si vuelves, te espero con los brazos abiertos, con los labios sellados, el corazón desbocado y aparto lo malo. Esta noche, me quedo conmigo sólo si me dices "estoy contigo."
sábado, 7 de febrero de 2015
Aléjate de aquí que estoy ardiendo y no quiero producirte más quemaduras de primer grado con el filo de mis labios.
Déjame, da la vuelta y pírate que tengo miedo de que te quedes y me beses hasta quitarme las ganas. Hasta dejarme sin nada.
El invierno está acabando hasta con mi alma y me persigue tu recuerdo cuando camino por la avenida cogida de mi propia mano.
Escúchame, no quiero que vuelvas aunque me muera sin verte y sienta que esto no es más que el inicio de una muerte duradera que me dejará llena de vacío, al borde del precipicio y con las alas atadas.
No soy capaz de mentir más a mi reflejo cuando me miro en el espejo intentando encontrar la calma. Pero me topo con mis ojeras producidas por otra noche en vela, en la que sólo sé abrazarme a tu camiseta en busca de tu olor para no sentirme tan sola.
La sangre que hoy corre por mis venas se antoja demasiado fría, y mi corazón se está callando en busca del hilo de tu voz. Pero entonces, tropiezo con la frialdad de tu mirada, con el hielo de tu sonrisa, con tu prisa por alejarte del balcón en el que vimos nuestro primer amanecer juntos.
Y es que, cada vez que te escribo, solo me desvío de mi camino.
Intento cambiar de libro pero se me han pegado los dedos a la esquina doblada de nuestra página en blanco.
Porque no puedo decir que algo ha acabado cuando tú me prometiste que ni siquiera había empezado.
@RoxCookies
7 de febrero.
lunes, 2 de febrero de 2015
La inmortalidad que esconde un verso.
Cartas no escritas.
Es por eso que te digo, todo lo que quizá nunca me atreví a decirte. Toda la realidad que hoy ha estallado en mis narices, y no sé si comenzar por el principio o el final. Pero la cosa es…que el fin de esta historia ha sido un te quiero medio dicho, y yo...
He vuelto a ser la escarcha de la mañana, el rocío congelado de un despertar cualquiera que al final nunca será entre tus sábanas. He vuelto a ser un témpano de hielo, helado por el frío y la distancia del fuego. Cuando el fuego es la metáfora perfecta para describir la forma en la que todo se destruye con un solo chispazo y vuelve a renacer de las cenizas cuando ya te cuesta hasta creer.
Yo que me escondo entre metáforas y me dibujo en las anáforas del pronombre tú.
Tú que estás siendo el principio de mis frases, el sonido imperfecto que suena casi cierto cuando te pronuncio entre suspiros y me intento dar un respiro dejando de decir tu nombre, aunque sólo sea un segundo, para que pierda el sentido. Y así reine el silencio.
He vuelto a ser el vacío, cayendo al precipicio y sintiendo el suelo demasiado cerca cuando yo sólo quiero volar, o caer de una vez por todas. Pero no vivir en la ansiedad de tener la sensación de que me voy a estrellar y quedaré tan rota que los pedazos serán tan pequeñitos que ni siquiera podré mirar en ellos nuestros recuerdos. En cada azulejo empañado por las lágrimas. Y así sí que me pierdo.
He vuelto a caminar por mi camino, ese tan solo como la luna en una noche cualquiera. Ese camino lleno de rosas secas, pero al fin y al cabo siguen siendo rosas. Rosas sin espinas porque todas están clavadas en mis heridas, dejando cicatrices que deciden abrirse cada vez que el corazón me recuerda que tú ya no estás.
He dejado atrás la manía de dormirme escuchando tu voz para así despertarme agarradas a tus cuerdas vocales aunque sólo sea en sueños.
He comenzado a abandonar los recuerdos en las cajas del olvido, esas cajas que tanto miro, que tanto extraño y que son como un refugio en los días de pánico. Pero bien sabes tú que cuando algo cae en ese baúl, es porque nunca quiero volver a vivirlo, porque sólo son historias, perfectas historias, pero al fin y al cabo sólo cuentos. Cuentos de los que no arrepiento.
He vuelto pero antes de irme quiero decirte que deberíamos dejar de engañarnos, que ambos sabemos que nunca vamos a regresar. Que nunca seremos más nosotros. Que una vez que la llama se consuma, la chispa no prenderá ni una vez más. Porque hemos sido como el arco y la cuerda, complementarios, en equilibrio si estamos juntos, inestables si estamos lejos. Y últimamente siempre estamos lejos... Porque, yo creo que siempre he sido la cuerda que se mantiene atada y en su casillas, hasta que un día un arco le llega tensando la vida. Y tenemos que tener en cuenta que cuando alguien llama a la puerta y le dejamos entrar todo cambiará, pero un día se irá por donde vino, andará sobre sus propios pasos, dará un portazo y todo volverá a temblar.
La ausencia desgarrará.
La soledad llamará. Las penas te llenarán
El vacío se incrementará.
La contradicción crecerá.
Y la vida, sí, la vida temblará. Y puede que entonces… te quedes con ganas de más.
Este ha sido el fin de nuestra historia, no hay puntos suspensivos que valgan...
Y si algún día vuelves, o yo decido dar marcha atrás, espero que el nosotros...vuelva a empezar.